Cuba no ha sido la excepción al hecho de que numerosos referentes de la flora, la fauna, la toponimia, la religión, la historia, la literatura, entre otros, hayan dado lugar a frases de gran dominio común, que indican lo cubano en el lenguaje diario, y constituyen elementos propios de nuestra variante de la lengua española.
Por ejemplo, como elementos del léxico general está siquitrilla, que es la espoleta u horquilla que forman las clavículas del ave. En Cuba se emplea partir la siquitrilla a alguien en el sentido de impedirle que continúe disfrutando algunos privilegios económicos, laborales, etc.; y también con la connotación de matar a alguien.
Además, el término malojero, que en España hace referencia a la persona que vende maloja (planta de maíz que sólo sirve para pasto de las caballerías), en Cuba se utiliza en la expresión grillo malojero para indicar que una mujer es extremadamente flaca y poco atractiva.
De la flora, el vocablo yagruma, que designa un árbol de la familia de las Moráceas de hojas grandes, palmeadas, verdes por el haz y plateadas por el envés, es utilizado en la frase como la yagruma, para indicar que una persona es falsa o hipócrita.
El término güiro, que hace referencia a la planta que da por fruto una calabaza de corteza dura y amarilla cuando se seca, es empleado en la expresión popular perder güiro, calabaza y miel, en el sentido de perderlo todo, generalmente por no tomar una decisión en el momento preciso.
En cuanto a las expresiones relacionadas con elementos de la fauna, la frase saber más que las bibijaguas se le aplica a la persona muy hábil o astuta, y a paso de jicotea se refiere a la manera de andar, hacer y llevar las cosas con lentitud y sin preocupación por el tiempo.
De la toponimia, destacan algunas frases como meter La Habana en Guanabacoa. Guanabacoa es un municipio de la capital cubana, por lo que la expresión se utiliza para indicar cuando se intenta introducir algo en un espacio insuficiente para ello.
En el habla cotidiana aparecen otros elementos que indican lo cubano y que se salen de lo puramente lingüístico. Estos tienen que ver con hechos literarios, históricos, políticos y religiosos íntimamente ligados a la realidad cubana y que, por tanto, han dado lugar a la formación de frases de amplio uso popular.
Relacionadas con la literatura tenemos la expresión ¿Y tu abuela dónde está?, originada en la poesía negra cubana. La frase se le aplica a modo de crítica a quien trata de ocultar su mestizaje valiéndose de características físicas que le permiten pasar por blanco.
En relación con la historia, caer como un 20 de mayo tiene el significado de caer de forma masiva y aplastante sobre alguien, pues el 20 de mayo de 1902 en Cuba se instauró la República neocolonial que nos mantuvo por más de medio siglo bajo la égida de Estados Unidos.
Las expresiones relacionadas con la religión destacan mucho por su uso popular. Una muy frecuente es tener que ir al babalao. "Babalao" se le llama al sacerdote de la santería o religión afrocubana, y la expresión se utiliza con las personas que tienen o se quejan de mala suerte.
Subírsele el santo a alguien es otra frase relacionada con la religión que indica el momento en que una persona cae en trance mientras se efectúa una ceremonia de la religión afrocubana. Popularmente, la frase se utiliza también cuando una persona pierde el control sobre sí misma
Las frases relacionadas con personajes famosos cuentan igualmente con gran aceptación popular, pero son pocos los cubanos que actualmente conocen la historia de las personas a los que estas hacen referencia e incluso algunos dudan de su existencia real. Esto se debe a que las personas que se mencionan en las expresiones vivieron hace tantos años que para muchos cubanos la frase solo adquiere connotación por su uso popular y no por los sucesos que la originaron realmente.
Por ejemplo, volar como Matías Pérez, es una expresión que hace referencia a Matías Pérez, un aeronauta aficionado cubano que levantó vuelo en su globo en junio de 1856 sin que se supiera más de él. La frase se aplica al que desaparece sin dejar huellas.
Otra expresión muy conocida es no salvar ni el médico chino, la cual debe su origen al médico chino Chan Bom Bia, que vivió en Cuba en la segunda mitad del siglo XIX y que, según cuentan, devolvió la salud a pacientes desahuciados. La frase se emplea cuando el estado de un enfermo es tal que no existen posibilidades de salvación o bien cuando algo se encuentra en tan mal estado que es imposible arreglarlo o sacarlo a flote.
De manera general, en los usos de la lengua se manifiestan diferencias regionales, sexuales y generacionales. No se expresan de una misma manera un habanero y un santiaguero, un citadino y un campesino, un hombre y una mujer, un joven y un anciano. El modo de hablar no es homogéneo y tampoco permanece detenido en el tiempo; el lenguaje de una nación está en constante desarrollo y evolución, los cubanos no vivimos ajenos a ello.