"El boxeo soy yo", decía Eligio Sardiñas (Kid Chocolate), una de las grandes figuras del boxeo en todos los tiempos. Como amateur nunca perdió en Cuba. En Estados Unidos conquistó las fajas mundiales de ligero-junior (1931) y bantam (gallo), en 1932. Según los historiadores, su mayor orgullo era bajar del ring sin un despeine y presuntamente fresco, como si nada hubiese sucedido.