Peloteros brillantes…muchos, pero quizás el mayor de todos fue Martín Dihigo, considerado el mejor jugador cubano de todos los tiempos. Incluido en los salones de la fama de Cooperstown (Estados Unidos), México y Cuba. Se vio impedido de brillar en las Grandes Ligas del béisbol estadounidense por la barrera racial vigente hasta 1946. Hábil en todas las posiciones, recio bateador y efectivo pitcher, tanto que en la temporada local de 1935 fue a la vez mejor bateador y serpentinero, además de jugador más valioso.